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Ojos Que Aprendan a Mirar: aplicaciones de conocimiento para la toma de decisiones en la administración de la salud

Autor Lic. Martín Marcelo Sgattoni

“Los recuerdos privados no compartidos mueren con el individuo. El recuerdo social, la memoria social, en definitiva, continúa viviendo. Nuestra extraordinaria habilidad para archivar y recuperar recuerdos compartidos es el secreto del éxito evolutivo de nuestra especie. Y todo lo que altere de forma importante el modo en que construimos, almacenamos o utilizamos la memoria social afecta, por tanto, a las fuentes mismas de nuestro destino.”

Alvin Toffler

Si usted es de los que siente nostalgia por el pasado, no lea este artículo. Le parecerá utópico y descabellado. Es cierto que por el espejo retrovisor se ve más claro que por el parabrisas, pero tenga cuidado. No se olvide que el auto va hacia adelante.

CUANDO TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD VAN DE LA MANO

El asesor sobre ‘desarrollo de nuevas políticas’ del presidente Bush, en una reciente conferencia dada en Harvard, aseguró que en los próximos veinte años ninguna industria va a beneficiarse tanto de las nuevas tecnologías como el mercado médico/farmaceútico. Paradójicamente, en esa misma presentación, remarcó un hecho clave: al día de hoy la industria presenta una curiosa parálisis al momento de aplicar las nuevas herramientas.

Las estadísticas indican que los sistemas de salud norteamericanos consumen el 30% de su presupuesto en gastos administrativos. En paises latinoamericanos como el nuestro, la cifra suele superar el 50%. Lo cierto es que los proveedores de la salud carecen de protocolos integrados. Hospitales, geriátricos, farmacias, laboratorios; funcionan sobre una estructura basada en transacciones de información. El correcto procesamiento de las mismas derivará en la prestación de mejores servicios y atención. Sin embargo la salud en la Argentina sigue funcionando como un organismo inconexo de células aisladas que usan los más diversos soportes (papeles, teléfono, fax, carpetones, fichas). Todos, incompatibles entre sí.

Se está gestando un cambio. Las alianzas que en otros tiempos eran un recurso desesperado, casi un mal necesario, hoy en día resultan un factor indispensable para el crecimiento.

La nueva cultura generada por Internet en apenas unos años ha igualado en importancia a desarrollos industriales del siglo pasado como el energético, el automovilístico o las telecomunicaciones que necesitaron de más de medio siglo para producir modificaciones radicales en la estructura social del planeta. En el campo de la salud, el mayor logro a alcanzar, montándonos sobre esta conectividad, será el registro electrónico integrado de los pacientes. Una vez implementado, representará un avance histórico en los sistemas de salud. Algunos analistas se atreven a pronosticar un impacto comparable al producido por la biología molecular en la última década.

EL VALOR DEL ENFOQUE CIENTÍFICO

Piense en una base de datos única capaz de almacenar la información epidemiológica de toda una población. Sí, ya se. No es tarea fácil. Se ha intentado en más de una ocasión, pero los intereses encontrados han llevado a todos los proyectos al fracaso.

El desarrollo de la historia clínica unificada ha partido siempre de un diseño financiero, dejando en un segundo plano los aspectos académicos y de investigación. Como consecuencia, los resultados son banalizados, los médicos no encuentran ventajas concretas en el uso de la herramienta y el sistema en general es reacio a integrarse. Demasiados intereses, pocos beneficios.

El registro electrónico universal cambiará la práctica diaria de la medicina radicalmente para el paciente, el profesional y en especial, para las instituciones. Revolucionará los estudios clínicos desde el punto de vista del relevamiento. Considere un software diseñado para que cada médico lleve registro de sus pacientes, agendas de consultorio, etc. y al mismo tiempo pueda suministrar información anónima y estadística a una gran base de datos única. ¿Se imagina el avance que puede significar para las investigaciones médicas llevadas adelante por Sociedades y Asociaciones? No estaríamos hablando de un manojo de cientos de pacientes sino de miles, y hasta de millones.

La historia clínica universal y centralizada hará a los profesionales más eficientes. Les facilitará el trabajo. Reducirá la necesidad de repetir exámenes, anulará la necesidad de reprocesar y retipear información con la consiguiente disminución de los márgenes de error. Eliminará problemas de comunicación entre los integrantes del circuito. Automatizará procesos de asignación de turnos, autorizaciones, codificaciones, facturación.

TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS

¿Cómo se construye una estructura de aplicaciones sólida que no sólo pueda sobrevivir sino prosperar en un ámbiente caracterizado por el rápido cambio científico? La medicina es una disciplina extremadamente amplia. Desde el punto de vista técnico, ésta aplicación debe tener un desarrollo modular que permita que el programa y las bases de datos sobre las que se ejecute sean flexibles. Pensemos en los datos que puede necesitar un pediatra contra los que requiere un geriatra o un cardiologo. Más allá de la disparidad, toda la información de cada paciente debe ser capaz de ser almacenada y unificada.

Ninguna empresa podrá nunca llevar adelante un proyecto así por si sola. Es simple, como todo capital privado, tiene otros que le compiten. Si hablamos de una mecánica integradora, hay que partir del conjunto. Es difícil también pretender que algo así surja del gobierno. Para un efectivo funcionamiento el sistema debería tener un control prolijamente distribuido. Los concensos deben imponerse armónicamente y evolucionar en el tiempo. Por eso es necesario mantener el espíritu pluralista, tanto en los beneficios como en las obligaciones.

Para que la historia clínica pueda establecerse, es necesario que se convierta en un estándar. ¿Cómo se logra esto? Debe cumplir dos requisitos: ser popular (es decir, usada por la mayoría) y reconocida por las autoridades en la materia. Para crear un patrón hay que abandonar la idea de centrar el desarrollo en cuestiones economico/contables. Algo es seguro, la historia clínica estandarizada saldrá del concenso profesional definiendo protocolos científicos.

El desarrollo estructural debe estar diseñado por quienes tendrán el mayor beneficio científico en el posterior análisis de los datos. No es el gobierno, ni un grupo reducido de médicos, ni una única entidad. El desafío es lograr un concenso de partes entre las instituciones, asociaciones y sociedades médicas del país. Todas aunadas bajo un mismo objetivo y llevando adelante las actividades de investigación, debates y análisis necesarios para la creación de módulos de especialidades capaces de acoplarse a la columna vertebral del sistema.

Para que esto se logre hacen falta varias cosas. En primer lugar el proyecto ha de ser compartido, tanto en responsabilidades como en beneficios, por todos. Debe ser fácilmente auditable para darle transparencia. Es fundamental también un gran acto de generosidad entre las instituciones. Tienen que ser capaces de dejar de lado celos y otros infantilismos que suelen aparecer a la hora de unificar esfuerzos. Es decir, hay que entender a las Partes como un Todo en el que la inclusión de los demás es beneficiosa y no un problema. ¡Qué dificil en la Argentina ¿no?!

Los beneficios para estas instituciones son enormes y bien valen la pena un acto de humildad. Estamos hablando de bases de datos epidemiológicas de millones de casos específicamente formateadas para el análisis. ¿Se imagina una estructura de salud en este país en la cual las decisiones se tomaran en base a datos reales?

UNE Y REINARÁS

¿Por qué es difícil la integración? Teorizando un poco, podemos decir que los sistemas en general tienden a dividirse en sectores funcionales aislados. Por ejemplo, el sistema de salud suele separarse en área contable, atención al paciente, insumos, etc. Es el concepto de ‘divide y reinarás’. La suposición es que los vínculos entre las áreas no son tan necesarios en la medida en que cada unidad funcione efectivamente.

Los teóricos en sistemas comienzan a cuestionar esta idea. Reconocen que para que una cadena de procesos (como puede ser la atención integral de un enfermo) funcione en un alto nivel de desempeño, los sectores individuales deben estar vinculados entre si muy de cerca a través de procesos compartidos. Esta idea da origen a la noción de un ‘sistema de salud conectado’. Hay que facilitar el acceso a la información y acercar a las partes. Se requieren cambios fundamentales en los individuos, sociedades, hospitales, prepagas, con respecto al comportamiento y al pensamiento.

Alcanzar esta ‘arquitectura de vanguardia’ en la salud no es un problema tecnológico. Es más, la tecnología es la parte más fácil. Cambiar las organizaciones para que se alineen con ella es lo más dificil. Pensar al todo como un sistema inteligente capaz de generar conocimiento a través del trabajo diario.

MEMORIA DE GRUPO

Datos reales sobre nuestra salud podrían permitirnos evolucionar a un futuro en el marco de lo que los norteamericanos llaman ‘aplicaciones del conocimiento’. Partiendo de una estructura así, se pueden realizar simulaciones avanzadas y modelos de escenarios futuros. Con la base de información del sistema, el análisis de proyecciones futuras ayuda a la toma de desiciones.

Saber es poder, pero acumular conocimiento sin un propósito puede anular las capacidades de quien lo intente. La información debe servir para el apoyo a la toma de decisiones, la creación de modelos, la recuperación de la información, el almacenamiento de datos, la construcción de escenarios futuros y la elaboración de informes.

La optimización del conocimiento no es un producto ni una capacidad, es un marco de trabajo evolucionado. Es dotar de ojos al conjunto del sistema a partir del registro individual del desempeño. Una memoria grupal que mejora el rendimiento rutinariamente.

Las aplicaciones del conocimiento interpretan la información para ayudarnos a decidir como proceder. Estamos hablando de un sistema integral capaz de mejorar el desempeño de la salud de manera rutinaria. Una optimización constante y sistemática que permita unir las acciones a las estrategias.

¿Cuántos posibles resultados puede tener un tratamiento dado? ¿Con cuánta frecuencia se receta determinada droga? ¿Bajo qué circunstancias? ¿Qué resultados da? ¿Qué medicamentos, hospitales, doctores, planes de salud son los más eficaces? ¿Por qué? ¿Qué grupos de pacientes tienen más riesgo? ¿Qué tan eficiente es determinada técnica para tratar una enfermedad específica? ¿Qué vacunas pueden escasear el año próximo? ¿Y en una década? ¿Qué campañas de prevención son más urgentes? ¿Qué lugares o ámbitos realizan transacciones fuera de lo normal? ¿Debería auditarlos?

Sería como dotar al sistema de salud de ‘sentidos’. Una estructura asistencial capaz de ‘sentir’ y ‘responder’ en consecuencia. Una herramienta así pone de cabeza el paradigma de apoyo a la toma de decisiones. Tradicionalmente hemos vivido en un modelo de búsqueda/respuesta. Con esta nueva generación de aplicaciones la lógica se invierte: ¿Qué pasaría si el sistema no esperara las preguntas? ¿Qué pasaría si el sistema fuera capaz de generar la pregunta por si mismo? O más aún: ¿Qué pasaría si el sistema fuera capaz de darnos la respuesta aun antes de hacer la pregunta?

Autor Lic. Martín Marcelo Sgattoni

Este artículo ha sido publicado en la revista INTER PHARMA (publicación de la Sociedad Argentina de Marketing Farmacéutico).

Este artículo ha sido publicado en la revista MEDICOS HOY (revista de la Confederación Médica de la República Argentina)